Los jugadores tienen dos mazos de veinte cartas y el objetivo de cada jugador es colocar todas sus cartas. Para ello, cada jugador saca cuatro cartas de su mazo y después, al mismo tiempo, ambos jugadores colocan una carta en el centro haciendo la base de los dos montones que se formarán sobre ellas.
Las cartas que pueden ser colocadas encima de cualquier montón son la superior o la inferior a la última de cada montón del centro. Si hay un 4 y un As, en el montón izquierdo podrá colocarse un 3 o un 5 y en el montón derecho sólo podrá colocarse un 2 o un Rey.
La parte más emocionante es cuando las cartas superiores de ambos montones coinciden. En este momento, el jugador que antes se dé cuenta sumará al mazo del oponente los dos montones de cartas centrales y se reanudará el juego.
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